Los sulfitos en el vino

Los Sulfitos en el vino

Deseas disfrutar tranquilamente de ese vino que te apetece probar desde hace tiempo pero te surge la duda de si lleva sulfitos o no y si estos son perjudiciales para la salud, en este artículo vamos a tratar de aclarar tus dudas.



Los sulfitos (Dióxido de azufre, SO2) son unos derivados del azufre que se utilizan como conservantes por sus propiedades conservantes, antifúngicas, antimicrobianas y antioxidantes.

Los sulfitos existen de forma natural en muchos de los alimentos que comemos siempre que hayan experimentado algún proceso de fermentación en el que, mientras se produce, las bacterias oxidan el azufre que contienen de forma natural y lo convierten en sulfitos. Algunos de estos alimentos son el jengibre seco, frutas dulces secas, fermentados vegetales (especialmente la cebolla, la col), y también el vino, la cerveza o el pan.

El vino se oxida en contacto con el oxígeno, los sulfitos previenen de la oxidación y mantienen la frescura porque la oxidación puede alterar el color y el olor, o ensombrecer o secar el vino. Sus propiedades se conocen ya desde la época de los griegos, también los romanos utilizaban azufre que echaban en las vides y en el vino.

sulfitos en el vino

Alimentos a los que se suele añadir sulfitos:

Se añaden principalmente a los siguientes alimentos y bebidas:

  • Vinos, mostos y sidras.
  • Crustáceos para prevenir previenen el oscurecimiento de la concha.
  • Frutas desecadas (mantienen el color); productos cárnicos preparados (carne picada, salchichas frescas y otros, para conservarlos y mantener el color rosado y fresco).
  • En los zumos, ya que protegen la vitamina C
  • También se añade a purés de patata deshidratados, patatas crudas, etc...

Efectos de los sulfitos en el vino:

  • Estabiliza el vino y proteger su sabor
  • Es antibacteriano
  • Impide el crecimiento de las levaduras
  • Es antioxidante
  • Preserva el vino a salvo del oxígeno

¿Se pueden añadir estos aditivos a todos los alimentos?

No, no se pueden utilizar en todos aquellos alimentos en los que la presencia de sulfitos pueda ocasionar pérdida de nutrientes ya que pueden interaccionar con la tiamina (vitamina B1) descomponiéndola en sus componentes: tiazol y pirimidina.

Así pues no es recomendable o en todo caso hay que utilizar un nivel mínimo de sulfitos en los alimentos ricos en esta vitamina como es el caso de la carne.

¿Tienen riesgos para la salud?

Según los expertos, en España y CEE las cantidades de aditivos que se añaden en la industria están totalmente controladas y la cantidad máxima permitida está muy por debajo de la que puede presentar algún problema.

No obstante, sí es cierto que existen grupos de personas que pudieran experimentar algún tipo de alergia o intolerancia manifestándose problemas digestivos, dificultad respiratoria o reacciones cutáneas. Estos deberían evitar los alimentos con estos aditivos por esta razón se obliga a indicar en etiqueta el contenido en sulfitos cuando supere la cantidad 10 mg/Kg de sulfitos, pero hasta aquí las molestias que pudieran ocasionar estos aditivos y solamente a las personas más sensibles o alérgicas.

Nivel máximo de sulfitos permitidos en el vino

Los niveles permitidos de Sulfitos son:

En vinos convencionales, un máximo 200 mg/litro

En vinos ecológicos,

máximo 150 mg/litro para vinos blancos y rosados

máximo de 100 mg por litro para el vino tinto

Vinos naturales, máximo de 20 mg/litro. Este límite no está regulado, es una cifra aceptada por todos, lo normal es que a estos vinos no se añadan sulfitos, sólo incluyen los que se originan de forma natural en la fermentación.

En cualquier caso los avances en la elaboración han hecho que cada vez se utilicen menos cantidades. Si quieres reducir su consumo, los vinos tintos -gracias a la labor de los taninos- tienen menos que los blancos o rosados. Los dulces son los que más dióxido de azufre contienen.



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